
Mientras emergen voces que atentan contra la supervivencia de la democracia, el desafío es mantener vivo el legado de aquellos que aprendieron que la intolerancia jamás será la solución.
La obsolescencia programada es la estrategia ingeniosa detrás del diseño de productos que, tras un tiempo predeterminado, se quedan atrás o dejan de funcionar, como si estuvieran destinados a desaparecer.
INTERNACIONALES24/11/2024En un universo donde la tecnología evoluciona a la velocidad de la luz, la obsolescencia programada se ha instaurado como una costumbre habitual entre los fabricantes. Esta táctica, que consiste en crear productos con una duración intencionadamente breve para incentivar la adquisición de nuevos modelos, impacta no solo en el presupuesto de los consumidores, sino que también deja una huella significativa en nuestro entorno.
¿Qué significa realmente la Obsolescencia Programada? Es un fenómeno intrigante que ocurre cuando los productos están diseñados intencionadamente para volverse obsoletos, desactualizados o inoperativos después de un tiempo determinado. Esta estrategia provoca que los consumidores se vean obligados a adquirir nuevos productos, generando así un ciclo continuo de consumo y desecho.
La obsolescencia programada es la estrategia ingeniosa detrás del diseño de productos que, tras un tiempo predeterminado, se quedan atrás o dejan de funcionar, como si estuvieran destinados a desaparecer. Esto puede deberse a la escasez de componentes de repuesto, a la incompatibilidad de las actualizaciones de software con modelos más antiguos, o incluso a un diseño que dificulta el proceso de reparación.
Perspectivas de Riesgos Venideros y Análisis Estadístico por Nación.
La sombra de la obsolescencia programada se cierne sobre nosotros, generando una inquietante preocupación. De acuerdo con un informe de las Naciones Unidas, cada año producimos alrededor de 50 millones de toneladas de residuos electrónicos. Sin embargo, si no implementamos estrategias efectivas para enfrentar este desafío, esa alarmante cifra podría escalar hasta los 120 millones de toneladas para el año 2050. ¡Es hora de actuar! En el viejo continente, la esperanza de vida de un smartphone apenas alcanza los tres años, lo que motiva a los usuarios a renovar su dispositivo con regularidad.
Efecto Presente y Acciones Implementadas.
La obsolescencia programada no solo deja huellas en nuestro entorno natural, sino que también reverbera en la economía y la salud de la sociedad. La administración y disposición de desechos electrónicos no solo acarrea elevados gastos financieros, sino que también puede perjudicar la salud de las personas al exponerse a sustancias nocivas.
Con el objetivo de hacer frente a esta problemática, la Unión Europea ha puesto en marcha una serie de iniciativas destinadas a promover la reparación de dispositivos eléctricos y electrónicos de uso cotidiano. Estas disposiciones exigen que los fabricantes proporcionen, durante un período prolongado, tanto piezas de repuesto como guías de reparación, garantizando así la sostenibilidad y la atención a las necesidades de los consumidores.
La obsolescencia programada plantea un reto significativo que invita a fabricantes, consumidores y gobiernos a unirse en la búsqueda de soluciones sostenibles y duraderas. Fomentar la economía circular y el derecho a reparar son piezas clave en la construcción de un futuro más equitativo y sostenible.
Mientras emergen voces que atentan contra la supervivencia de la democracia, el desafío es mantener vivo el legado de aquellos que aprendieron que la intolerancia jamás será la solución.
“El planeta nos necesita”, publicó el 7 de noviembre de 2015, en su cuenta de Twitter (X), la red social donde se mostraba más activo. Ese día acompañó una movilización ciudadana de tono ambientalista realizada en Chiclayo, ciudad del norte de Perú donde ofició como obispo durante una década.
La Santa Sede, comunicó este lunes, que la celebración Eucarística y el Rito de canonización del Beato Carlo Acutis, previstos para el 27 de abril con motivo del Jubileo de los Adolescentes, quedan suspendidos.
La referente del Programa Centro de Estudiantes y Participación Juvenil, Tamara Castro, destacó que “el evento surge por las necesidades e intereses de los estudiantes, ya que recorremos las instituciones y charlamos con ellos y de ahí nació esta necesidad”.
Se trata de equipos de laboratorio que permiten la detección de metales pesados y otros elementos que puedan afectar la salud, así como también la determinación de compuestos orgánicos presentes en el agua que pueden derivarse del proceso de cloración.