Alerta por Humo en 10 Provincias Argentinas debido a Incendios en Bolivia

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha lanzado una alerta inminente para diez provincias argentinas, en respuesta a una espesa cortina de humo que se despliega desde los incendios forestales en la exuberante selva amazónica boliviana. Este fenómeno se extiende hacia el sur de Brasil y Paraguay, y si los vientos del norte continúan, podría hacer su llegada al vibrante Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). 

Una densa neblina de humo, resultante de los devastadores incendios en la selva amazónica boliviana, avanza inexorablemente hacia diez provincias del norte y centro de Argentina, alertó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en un informe especial. Se rumorea que, si los vientos del norte continúan con su fuerza, la imponente nube de ceniza podría alcanzar el Área Metropolitana de Buenos Aires entre el lunes y el martes. 

Las provincias argentinas que se encuentran bajo la alerta por la presencia de humo son Misiones, Corrientes, Formosa, Santiago del Estero y Chaco. Asimismo, tiene un impacto significativo en las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Santa Fe y Tucumán. El SMN ha advertido que este fenómeno podría generar "complicaciones o obstáculos en el flujo habitual de la vida social", especialmente por la disminución de la visibilidad provocada por el humo. 

Cindy Fernández, portavoz del organismo nacional, sorprendió a sus seguidores en redes sociales al publicar una impactante imagen que destaca la progresión del fenómeno. En su mensaje, resaltó que “una extensa porción de Sudamérica está envuelta en una densa capa de humo en este instante”. 

Los vientos del norte, que dominan el cielo de nuestra nación, llevan consigo una espesa cortina de humo que se desplaza por todo el territorio. Las llamas no conocen fronteras, y su danza de fuego se extiende más allá de Bolivia. Una situación similar se presenta en Brasil y Paraguay. Con el viento soplando firme desde ese cuadrante y las condiciones inalterables sobre Argentina, se prevé que la inmensa nube de humo comience su travesía hacia el norte y el centro del territorio nacional. Aparte del intenso aroma y del cielo cubierto de un gris pesado, es normal que la visibilidad se limite a escasos metros, sobre todo durante las noches y en las primeras horas del amanecer. En la mañana del domingo, ciudades como Formosa, Corrientes, Tartagal y Posadas se vieron envueltas en una neblina opaca, consecuencia de los incendios que asolaban el norte, obscureciendo sus horizontes habituales. 

Las predicciones sugieren que el manto de humo persistirá en el ambiente, al menos hasta el próximo miércoles 11 de septiembre. Ese día, la llegada de un nuevo frente frío proveniente del sur provocará un giro en la dirección del viento, trayendo consigo un aire fresco y puro desde la Patagonia que inundará toda la región. 

Estado de emergencia sanitaria en Bolivia. 

En el interludio, una densa cortina de humo ha envuelto a muchas ciudades bolivianas, mientras el Ministro de Medio Ambiente se esfuerza por apagar las llamas que amenazan con devorar aún más territorio. De acuerdo con las autoridades locales, se están realizando arduas acciones para combatir los estragos de los incendios y salvaguardar a las comunidades impactadas. A nivel global, especialistas destacan la imperiosa urgencia de establecer alianzas entre naciones para abordar de manera efectiva esta creciente crisis ambiental. Este escenario no solo constituye una seria amenaza para nuestro entorno natural, sino que también se convierte en un riesgo alarmante para la salud de la comunidad, a causa de la contaminación del aire que nos rodea. 

Además de causar estragos al medio ambiente y contaminar la atmósfera, los incendios forestales se erigen como un grave peligro para la biodiversidad, poniendo en jaque a numerosas especies de flora y fauna autóctonas, que ven amenazados sus hogares por la devastación de sus ecosistemas naturales. 

El devastador impacto de los incendios forestales en Bolivia ha llevado al gobierno de Luis Arce a declarar una emergencia nacional y a emitir una alerta sanitaria, con el fin de enfrentar la grave contaminación ambiental que amenaza el bienestar de la población. Las llamas que consumieron vastas áreas en los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz y La Paz han dejado una estela de problemas, donde la salud de la población se ha visto comprometida y numerosas operaciones aéreas han tenido que ser canceladas. Así lo han manifiestado las autoridades bolivianas, evidenciando el impacto devastador de estos incendios. 

El presidente Luis Arce utilizó sus redes sociales para comunicar que esta iniciativa tiene como objetivo "proteger la salud de la población boliviana", en respuesta a los "elevados índices de contaminación ambiental generados por los incendios". El propósito central de esta medida es salvaguardar a aquellos que enfrentan enfermedades crónicas, así como a los más vulnerables: niños, mujeres en estado de gestación y ancianos. 

La ayuda a las áreas más impactadas ha cobrado vida de manera ágil, con la movilización expedita de Equipos de Respuesta Rápida del Ministerio de Salud hacia los municipios que han sufrido los estragos. Hasta ahora, se han brindado 6.162 atenciones médicas en Santa Cruz, Beni y Pando, abarcando no solo a la población local, sino también a los valientes bomberos y voluntarios que combaten las llamas, según lo expresó Arce. 

María Renée Castro, titular del Ministerio de Salud, destacó que la alarmante velocidad con la que avanza la contaminación fue el motor que impulsó la adopción de estas medidas. “En poco tiempo, nos encontramos con niveles de contaminación alarmantemente altos”, subrayó, revelando que un área en particular llegó a registrar un índice de contaminación ambiental (ICA) “realmente preocupante”. 

Como respuesta, el Ministerio de Salud ha lanzado una directriz destinada a los Servicios Departamentales de Salud (Sedes), que establece un seguimiento diario del Índice de Calidad del Aire (ICA). El objetivo de esta medida es activar acciones concretas que reduzcan la exposición a la contaminación atmosférica. Se recomienda adoptar diversas medidas, como el uso de mascarillas y gafas protectoras, así como limitar las actividades al aire libre, especialmente para los estudiantes y las personas más vulnerables. Se les anima a quedarse en casa siempre que sea posible. 

Los incendios forestales han dejado su huella en Bolivia desde hace tiempo. En 2019, las llamas arrasaron más de cinco millones de hectáreas, marcando uno de los episodios más devastadores para el ecosistema en los últimos diez años. Las llamas deliberadamente encendidas, conocidas como 'chaqueos', desempeñan un papel crucial en la agricultura, ya que se emplean para acondicionar las tierras antes de la siembra o el pastoreo. Sin embargo, a menudo se les atribuye la responsabilidad de provocar incendios descontrolados. 

Las urbes más impactadas por la densa neblina del humo, junto a las zonas rurales que enfrentan de manera directa el voraz avance del fuego, son Santa Cruz, Cochabamba, La Paz y Cobija. En el horizonte de estas ciudades, un manto gris se extiende por el cielo, ahogando los matices del azul. La atmósfera se ha vuelto pesada, y la pureza del aire se ha esfumado en las últimas jornadas. 

La circulación aérea ha enfrentado serios contratiempos. La compañía estatal Navegación Aérea y Aeropuertos Bolivianos (Naabol) interrumpió temporalmente las salidas en el Aeropuerto Internacional de Viru Viru, en Santa Cruz. Sin embargo, las operaciones volvieron a tomar vuelo poco después. Esta mañana, Naabol tomó la difícil decisión de interrumpir tanto los despegues como los aterrizajes en los aeropuertos de Alcantarí, en Sucre, así como en varias terminales aéreas de las ciudades amazónicas de Riberalta, Guayaramerín, Rurrenabaque, Trinidad y Cobija. 

Fuente: infobae.com