“El acuerdo social y político conseguido en la prohibición a las salmoneras marcó un hito histórico que debemos revalidar”, recordó Pablo Villegas
“la Ley no prohíbe la salmonicultura, sino que la regula, habilitando la posibilidad de producción de salmónidos en tierra y a escala artesanal. Prohíbe una modalidad, la que presupone la producción a gran escala en jaulas en agua, ya sean lacustres (lagos) o marítimas”.