Nacen en Reino Unido los primeros bebés con ADN de tres personas: esperanza para prevenir enfermedades genéticas incurables

Gracias a una innovadora técnica de fertilización desarrollada en el Reino Unido, ocho bebés nacieron libres de enfermedades mitocondriales, un tipo de afección hereditaria que suele ser devastadora y, en muchos casos, mortal. Este avance científico, que combina el material genético de tres personas, abre una nueva puerta en la medicina reproductiva y plantea interrogantes éticos y científicos para el futuro.

CIENCIA Y AMBIENTE21/07/2025ecovida ambienteecovida ambiente
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En una noticia que marca un antes y un después en la ciencia médica, un grupo de investigadores del Centro de Fertilidad de Newcastle confirmó el nacimiento de ocho bebés sanos gracias a una técnica de reproducción asistida que utiliza el ADN de tres personas. El procedimiento, que lleva más de una década en desarrollo, busca prevenir las enfermedades mitocondriales, afecciones hereditarias graves que afectan la producción de energía en las células y que pueden provocar desde debilidad muscular y convulsiones hasta daño cerebral y fallas multiorgánicas.

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Las mitocondrias —estructuras diminutas presentes en casi todas las células humanas— solo se heredan por vía materna, y sus defectos afectan a 1 de cada 5.000 recién nacidos. Con esta nueva técnica, los científicos lograron evitar la transmisión de estas enfermedades utilizando mitocondrias sanas provenientes de una donante.

Una revolución genética con resultados tangibles

La técnica consiste en fertilizar dos óvulos: uno de la madre biológica y otro de la donante, ambos con esperma del padre. Luego se extraen los pronúcleos —estructuras que contienen el ADN de los padres— y se insertan en el óvulo donado, del cual previamente se ha retirado su material genético, pero que conserva sus mitocondrias sanas. Así, el embrión resultante posee el 99,9% del ADN de sus padres y un 0,1% de la donante.

Según un artículo publicado en la New England Journal of Medicine, 22 familias participaron del proceso y hasta ahora se ha logrado el nacimiento de cuatro varones y cuatro niñas —incluyendo un par de gemelos—, además de un embarazo en curso. Todos los bebés han nacido sin signos de enfermedades mitocondriales y se desarrollan con normalidad. Solo se reportaron casos aislados, como un episodio de epilepsia autolimitado y un caso de arritmia en tratamiento, sin relación directa con el procedimiento.

El profesor Bobby McFarland, del Servicio Altamente Especializado para Trastornos Mitocondriales Raros del NHS, expresó: “Ver el alivio y la alegría en los rostros de los padres después de años de incertidumbre es maravilloso, al igual que ver a estos bebés crecer y desarrollarse sanamente”.

Privacidad, esperanza y desafíos futuros

Por razones de privacidad, las familias no dieron declaraciones públicas, pero sí compartieron sus experiencias de forma anónima. Una madre afirmó: “Después de años de incertidumbre, este tratamiento nos dio esperanza y luego nos dio a nuestro bebé. Ahora lo miramos, lleno de vida y posibilidades, y estamos abrumados por la gratitud”. Otra añadió: “La carga emocional de la enfermedad mitocondrial ha desaparecido y en su lugar hay esperanza, alegría y profunda gratitud”.

Este procedimiento fue desarrollado en la Universidad de Newcastle, y en 2015 el Reino Unido se convirtió en el primer país del mundo en legalizarlo tras una votación parlamentaria. Aunque fue cuestionado por representar una modificación genética hereditaria —lo que llevó a temores sobre la creación de “bebés de diseño”—, los resultados parecen respaldar su efectividad.

“Creo que este es el único lugar del mundo donde esto podía pasar”, señaló el profesor Doug Turnbull, uno de los pioneros del tratamiento. “Ha habido ciencia de primera clase, legislación clara y un sistema de salud público que lo respaldó. Y ahora tenemos ocho niños que parecen estar libres de enfermedades mitocondriales. Es un resultado maravilloso”.

Preguntas abiertas y seguimiento necesario

Los especialistas advierten que aún hay preguntas sin respuesta. En tres de los ocho casos analizados, se detectó entre un 5% y un 20% de mitocondrias defectuosas, aunque estos niveles están muy por debajo del umbral del 80% que se asocia a enfermedad.

“Los resultados dan motivos para el optimismo”, dijo la profesora Mary Herbert, coautora del estudio. “Pero será esencial investigar más para comprender mejor las limitaciones de la técnica y mejorar los resultados a largo plazo”.

Una esperanza concreta para muchas familias

La historia de Kat y sus hijas ilustra el impacto de esta técnica. Su hija menor, Poppy, de 14 años, padece una enfermedad mitocondrial que la obliga a usar silla de ruedas, alimentarse por sonda y no puede hablar. Su hija mayor, Lily, de 16, también podría transmitir la enfermedad a sus hijos.

“Disfrutamos a Poppy tal como es, pero hay momentos en los que te das cuenta de lo devastadora que es la enfermedad”, contó Kat. Para Lily, la nueva técnica representa una oportunidad concreta: “Es la primera vez que tengo la perspectiva de que mis hijos puedan llevar una vida normal”.

 
Fuente: BBC News.

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