"PERIODISMO AMBIENTAL"

Cuál es la especie de ballena hallada en la costa del Río de la Plata y por qué ocurren más varamientos

Pescadores dieron con el animal en una zona entre las localidades bonaerenses de Berisso y Magdalena. Un mes antes, otro ejemplar fue encontrado en Castelli. Dónde habitan las poblaciones de esa especie y cuáles son sus costumbres

CIENCIA Y AMBIENTE28/08/2024ecovida ambienteecovida ambiente
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En la costa del Río de La Plata, entre las localidades de Berisso y Magdalena, en la provincia de Buenos Aires, pescadores quedaron sorprendidos al encontrar una ballena muerta.

El hallazgo ocurrió ayer, martes, en la zona ubicada entre La Balandra y Punta Blanca, cuando los pescadores observaron algo inusual y decidieron ir a ver qué era. Se trataba del cuerpo completo de una ballena, algo muy raro en esa zona.

En diálogo con Infobae, la doctora en biología Alejandra Romero, científica del Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos “Almirante Storni” (CIMAS-CONICET) y docente de la Universidad Nacional del Comahue en Río Negro, consideró, al ver las imágenes, que el animal hallado es una ballena jorobada.

“Al ver el video que se grabó sobre la ballena encontrada entre Berisso y Magdalena, identifico que se trata de una ballena jorobada. Es una especie de ballena cosmopolita: que habita tanto en el hemisferio Norte como en el Sur, y se viene recuperando desde las últimas tres décadas”.

“Nosotros siempre vamos a pescar a esa zona y nos llamó la atención qué era”, precisó al medio local 0221, Jorge Insaurralde, una de las personas que participó del descubrimiento. Por el momento, la Prefectura Naval Argentina ni la organización Mundo Marino, situada en San Clemente, que suele intervenir en estos casos, han confirmado la presencia de la ballena en la zona cercana a Berisso y Magdalena, unos 100 kilómetros al sur de la Ciudad de Buenos Aires.

Al explicar por qué puede haber aparecido en ese lugar, la bióloga Romero contestó que, “como la población de ballena jorobada del Océano Atlántico sudoccidental se está recuperando y actualmente hay alrededor de 25.000 ejemplares, es probable encontrar animales muertos con mayor frecuencia”.

El ejemplar que se encontró en la costa del Río de la Plata “está muy descompuesto. Eso significa que murió varios días atrás”, agregó.

“Ahora, en invierno, los cadáveres se conservan durante más tiempo. Es probable que ese ejemplar haya muerto en el mar y las corrientes lo sacaron hacia la costa”, consideró Romero.

En tanto, en julio pasado, la organización Mundo Marino había informado sobre la presencia de otra ballena jorobada varada y aun con vida en el Canal 15, también conocido como Cerro de la Gloria, en el Partido de Castelli, provincia de Buenos Aires.

“Desde nuestro Centro de Rescate, acudimos al lugar en dos ocasiones (30 de julio y 5 de agosto) para evaluar la situación y explorar posibles acciones de rescate. Desafortunadamente, cuando llegamos, el animal ya llevaba varado más de dos semanas”, dijeron desde Mundo Marino en un comunicado, por lo que no fue posible su rescate.

El acceso al sitio donde está ese ejemplar es difícil. “Solo se puede llegar mediante pequeñas embarcaciones, y el terreno fangoso alrededor del animal hace imposible que nuestros técnicos puedan maniobrar para intentar liberarlo. A pesar del trabajo conjunto con la Prefectura Naval Argentina y el cuerpo de bomberos de Castelli, los esfuerzos no lograron mejorar la situación debido a las limitaciones del entorno” por lo que presentaba un cuadro “irreversibles”, expresaron en el parte de comienzos de este mes. Esta mañana, fuentes de esa organización dijeron que desconocían si el animal ya había muerto.

Cómo es la ballena jorobada

La ballena jorobada es de color negro o gris oscuro en la parte superior. Tiene la cabeza con bultos, al igual que en la mandíbula inferior y la cresta central. Su aleta dorsal es baja y corta, con giba, aletas pectorales largas, blancas o negras. Posee bordes irregulares en la cola.

“La población de ballena jorobada aumentó. Además de krill, la jorobada come cardúmenes de peces chicos. Siguiendo esos cardúmenes se pueden acercar más a la costa y eso aumenta el riesgo de varamientos”, informó a Infobae la doctora Marcela Junín, bióloga e investigadora de mamíferos marinos de la Fundación Azara

Antes de hacer una inmersión profunda, alza la cola. Puede ser curiosa. Suele saltar sacando gran parte del cuerpo fuera del agua y realiza golpes con las aletas pectorales o con la aleta caudal, según cuentan las científicas Silvana Dans, Mariano Coscarella, Magdalena Arias y Marina Riera en una guía para la observación de mamíferos que se desplazan por el Golfo San Matías.

Viven en grupos de hasta 5 individuos. Cada ejemplar puede tener una longevidad de 75 años. La especie estuvo al borde de la extinción décadas atrás por la captura indiscriminada por parte de las flotas balleneras rusas, japonesas, noruegas, entre otras.

Durante los años de capturas se cazaron 200.000 ejemplares de ballena jorobada y la población cayó al 4% del stock inicial, de acuerdo con el biólogo Hugo Castello, que forma parte de la Fundación de Historia Natural “Félix de Azara”.

La Comisión Ballenera Internacional prohibió la captura comercial de la jorobada en el Antártico en 1939, y posteriormente volvieron a prohibirla en 1966. Más recientemente fue reforzada por la moratoria internacional de captura de todas las ballenas en el año 1986.

Con las restricciones de capturas, la especie comenzó a recuperarse. Al ser estudiada, se descubrió que se puede reconocer a cada individuo de ballena jorobada con base en las manchas que presenta en la parte inferior de la enorme aleta caudal, que saca fuera del agua antes de sumergirse.

La ballena jorobada realiza dos migraciones. Una de ellas le permite conseguir su alimento, que es el krill, que abunda en aguas subantárticas y antárticas durante los meses de verano, cuando parte del Océano Antártico se descongela y florecen el fito y el zooplancton.

La otra migración ocurre hacia las regiones subtropicales del Atlántico, en los meses de otoño y primavera, cuando se reproduce en los alrededores del Atolón de Abrolhos. Eso ha permitido el florecimiento de la industria de avistaje de ballenas en la costa sur de Bahía, en Brasil.

En los últimos años, según el doctor Castello, los varamientos de jorobadas muertas se han incrementado. “Es un reflejo del aumento de la población en aguas del Atlántico Sudoccidental”, consideró.

Durante los años de 1970 al 2000, era sumamente raro registrar un varamiento de una ballena jorobada. Pero la situación cambió.

Un antecedente se registró en septiembre de 2016. En la costa de la localidad de Magdalena apareció un juvenil de ballena jorobada de unos cinco metros de largo en estado de agonía. Hubo una intensa sudestada antes y una bajante del río.

También el 3 de agosto de 2016 apareció en el Dique 4 de Puerto Madero, en ciudad de Buenos Aires, un juvenil de jorobada en muy buen estado de salud. La Prefectura Naval Argentina siguió los movimientos del animal durante varios días con el auxilio de una embarcación y logró después de numerosas maniobras que se fuera hacia las aguas abiertas del río.

Fuente: www.infobae.com

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